16 de febrero de 2010




Dña Cristina indaga sobre el evolucionismo preguntándole al ponente.







De paso vamos a comentar que Darwin mostró interés e ilusión por aprender español, pues le resultaría de gran utilidad en su viaje con el Beagle. Entre otras cosas, harían escala en Canarias, en la isla de Tenerife.



Por la tarde sigue la conferencia en el Instituto Cervantes.




El alumnado intercambia impresiones sobre la evolución.




Las profesoras siguen con interés el tema.





Un turno de preguntas para el alumnado.




El problema no residía en el significado sino en el sentido de la evolución de las especies por selección natural; este es el meollo de la cuestión y el que esté interesado en saber algo más sobre esta interesante polémica debe leer el artículo que saldrá en el próximo número de BAB AR RIBAT, nuestra revista; allí se cuenta el final y las consecuencias de las disputas entre el capitán del Beagle, Fitz-Roig, y el, "papamoscas", naturalista Darwin.










Cierto es que Darwin no tuvo una idea genial, la idea de que los seres naturales se iban trasformando lentamente estaba presente en su época, desde Goethe hasta el propio abuelo de Charles, Erasmus Darwin, ya eran muchos los que sospechaban que los seres vivos cambian con las generaciones y que, por tanto, los actuales difieren notablemente de sus remotos antepasados.




Hagamos un inciso para comentar el interés con el que nuestro alumnado siguió la conferencia.




No obstante, tenemos que reconocer que su ocio fue, como lo quería Aristóteles, muy creativo; Aristóteles sabía que el ocio prolongado puede incubar grandes ideas, y aunque no pueda afirmarse que sea una ley general, si que puede asegurarse que la ciencia requiere tiempo para la observación de los fenómenos que nos sorprenden y, también, mucho tiempo para la subsiguiente elaboración de las hipótesis que conducirán, si hay suerte y mucho trabajo, a la formulación de un descubrimiento




Según parece, Darwin no era un ser excepcional que desde su más tierna infancia ya se hacía notar por sus excepcionales rasgos, era un común jovencito que se entretenía como los demás coetáneos, haciendo colecciones de insectos y herbarios. Su padre no podía hacer carrera de él, no quiso estudiar medicina como él mismo, le gustaban el ocio, los deportes y presumir con la mejor colección.




Tal como afirmaba el profesor Castrodeza en la conferencia pronunciada en nuestro centro, el muy afamado Charles Darwin fue un burgués, un señorito inglés, que se dedicaba casi exclusivamente a sus colecciones de plantas e insectos.




El Director del Colegio, D. Rafael Escalante, preside la inauguración de esta actividad.




Dña. Cristina Marqués, catedrática de nuestro Colegio, organizó (siempre con la ayuda inestimable del Jefe de Actividades Estraescolares. D. Federico Suárez) y presentó el acto.


El 15 de febrero el profesor de la UCM, D. Carlos Castrodeza, pronunció 2 conferencias, una por la mañana en el Colegio y la otra, por la tarde, en el Instituto Cervantes, sobre la figura de Darwin y su teoría de evolución de las especies.






9 de febrero de 2010







Alumnado y profesorado trabajando la actividad y disfrutando conjuntamente.




El Director y unos niños en el tramo final de la carrera.









La televisión marroquí entrevista al alumnado participante.




El Diretor D. Rafael Escalante y D.Eduardo Hernández (profesor de Educación Física) organizando la salida.








Dña. Susana Bernal, profesora del Departamento de Lengua y Literatura Castellana, presenta el acto en el que se leerán las reflexiones realizadas por el alumnado.






Un grupo de Educación Secundaria preparado para salir.



La Jefa de Estudios de Educación Infantil y Primaria llegando a la meta en compañía de dos participantes.



El día 29 de enero realizamos una carrera en el entorno de nuestro Colegio con el fin de hacer una llamada a la reflexión, tema: LA PAZ